Estruendos y emociones

No sé hacia dónde va mi camino, pero camino mejor cuando mi mano aprieta la tuya.
Hay algo divino en él, como si hubiera sido hecho con relámpagos, por el estruendo que ocasionó al llegar a mi vida. 
Mi tierra tembló con su paso, mi amor por él no espera. 
Él y sólo él, tiene la delicadeza de hacerme sentir segura. 
Y de repente, su perfume llega a mí. 
Creo que es una nueva forma de tortura. 
Sin darme cuenta, estaba diciendo sus frases, repitiendo sus gestos. 
Involuntariamente, me vuelvo un eco de él, y todo para lograr entenderle. 
Espero volver a perderme en el recorrido de su boca, que recorra mi espina dorsal con sus yemas vibrando. 
Quedé desorientada con un simple beso.
Mis ojos aceptaron la deuda: el regalo de poder ver los suyos aunque sea en la oscuridad. 
Y si algún día, pierdo completa comunicación con él, le pediría a la luna, que guíe a las estrellas hasta su ventana. 
Para decirle que lo extraño inmensamente.
Por favor, cierra tus ojos, respira y dejar caer todo el peso que llevas en tus hombros. 
Sé que estás cansado, déjame ser tu refugio. 
Quiero darte mi amor tan plenamente que nuestras almas se vuelvan una sola. 
Que me sepas amar, que sepas que soy toda tuya, aunque mis labios no te lo hayan dicho.
Sé qué el amor existe, porque yo existo y hago que se haga realidad día con día. 
Cuando estés completamente solo, estaré ahí para ti. 
Cuándo te sientas mal, también estaré ahí. 
Es tan dulce saber que me amas.


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